Uno de los factores más importantes que contribuyen a la extinción de la especie es la pérdida de hábitat debido a la agricultura, la urbanización y la tala. Estas acciones alteran el equilibrio del ecosistema y dejan a los animales cada vez con menos espacio para vivir. Además, la contaminación de los cuerpos de agua y de la atmósfera afecta negativamente la salud de muchas especies, dificultándoles su supervivencia.
En respuesta a estas amenazas, están creciendo los programas de conservación destinados a proteger especies raras y en peligro de extinción. Las organizaciones y agencias gubernamentales están trabajando para fortalecer los esfuerzos de conservación, restaurar hábitats y establecer leyes estrictas contra la caza furtiva y el comercio ilegal de vida silvestre. La educación y la formación de la población también desempeñan un papel importante para garantizar la conservación de la biodiversidad.