No sólo importa lo que comes, sino cuándo lo comes. La nutrición antes y después del entrenamiento juega un papel clave en tu rendimiento. Se recomienda consumir carbohidratos de bajo índice glucémico una hora antes del entrenamiento para asegurar niveles de energía estables. Después de un entrenamiento, es importante restaurar las reservas de glucógeno y transportar proteínas para la recuperación muscular, por lo que tomar un refrigerio dentro de la media hora después del entrenamiento será la mejor solución.
¡No olvides hidratarte! Mantener la hidratación es fundamental para mejorar la resistencia física y prevenir la fatiga. Considere cada entrenamiento como una oportunidad única para mejorar y alcanzar sus objetivos y adapte su nutrición en consecuencia.