El enfoque del entrenamiento debe ser individual, teniendo en cuenta la edad, el nivel de actividad física y la presencia de contraindicaciones médicas. Los principiantes deben prestar atención a la cantidad de entrenamientos por semana: es óptimo comenzar con 2-3 veces, aumentando gradualmente la intensidad y la frecuencia. La regularidad y la constancia también son claves para el éxito: es importante no olvidarse del entrenamiento y seguir el plan planificado.
Un aspecto igualmente importante es finalizar cada entrenamiento con estiramientos, lo que ayudará a mejorar la flexibilidad y prevenir la tensión muscular. No tengas miedo de hacer cambios en tu plan a medida que avanzas y recuerda celebrar tus logros para mantener alta tu motivación. La actividad física es un largo camino que requiere paciencia, pero los resultados finales serán satisfactorios y saludables.